Premio Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos
Palabras del Autor al recibir el premio
Ganar el primer concurso nacional de poesía convocado por la casa de la música
y las artes de Riosucio, es un acontecimiento trascendente para mi vida.
La poesía ha estado presente en la trayectoria de mis mayores y fue desde el
origen mismo de mis días, la música
y la palabra sagrada con que se designaba el mundo.
y la palabra sagrada con que se designaba el mundo.
Procedo de una familia en la cual las letras y las artes siempre han sido
valoradas como el mayor y más respetable oficio.
Perseverar en la senda de mis mayores, en un ámbito y en una época tan adversa
a la poesía, en medio del ruido aterrador de los comerciantes y los guerreros,
buscando sentidos y descubriendo felicidades, o instantes luminosos del mundo,
es un camino y una elección difícil y anacrónica.
El mundo que nos rodea, no es el mundo de Dante, no es el mundo de Barba Jaco,
no es el mundo de Aurelio Arturo. El mundo que nos rodea es el mundo de los
productos.
La frivolidad triunfa, la masificación de la estupidez es una terrible
realidad. Nuestros días transcurren como espectadores de un teatro con tres
grandes escenarios: Los protagonistas de Novelas, Las guerras y el crimen, el
fútbol y las reinas.
Si sumáramos las horas y los espacios que dedican los medios de comunicación a
la transmisión y difusión de estos grandes protagonistas de la cultura actual,
entenderíamos que la poesía y el arte, son como luces agonizantes en medio del
festín de los medios y el esplendor ruidoso de la frivolidad.
Sin embargo no sucumbiremos ante la aplastante y siempre mayoritaria voz de los
negocios.
Un alto designio que ha rebasado tres generaciones y dos siglos me dice que las
letras y el arte deben ser la razón de mi ser.
Mientras brillen las tímidas luces que hacen posible el arte
y la poesía, mientras sea posible atender una tarde conmovidos y felices como
el primer día, mientras sigan firmes las ideas dentro de la belleza y sean
parte de ella, seguiremos buscando, construyendo con palabras y música el mundo
que tenemos, el mundo que valoramos: el de Raúl Gómez Jattin, el de Aurelio
Arturo, el de Dulce María Loynaz y el de todos los que pueden ver el valor y el
sentido de la existencia en todas las cosas, los seres y los acontecimientos,
así sean luces en el cielo, ondas en un estanque o flores sobre el pavimento.
La poesía es la lámpara del genio, que al ser frotada nos mostrará lo
invisible, nos dejará saber sutiles verdades y construirá según el capricho de
quien la hace, un mundo de sonidos e imágenes que transforman e interpretan lo
que sucede, lo que ha sido, y que algunas veces lo hacen más verdadero, más
bello, o también más doloroso.
Al ganar este premio he alcanzado también el único título que poseo.
Seguramente mis días por venir estarán en gran parte dedicados a honrar esta
distinción y a crear y cuidar lo que esta noche, aquí gracias a ustedes ha
comenzado.
José Zuleta.
Bocas de Satinga
La selva se desgrana por hilos de arcilla y agua.
En lentas balsas bajan las trozas buscando el mar.
Sobre la balsa que se desliza en la corriente
hay encendida una hoguera,
los leños de mangle están húmedos y el humo envuelve
las fantasmales formas de los bogas.
En la marmita de peltre se calienta el café,
llueve, llueve el aire ...
Se respira el agua ... la balsa avanza.
Chaquiro, Sajo, Amarillo, Cedro, Tangare,
Comino, Flor Morado y Chanúl.
Tantos años erguidos, como casa de pájaros,
camino de ardillas, trapecio de micos,
sombras de orquídeas, filtros de luz ...
La balsa avanza en un cortejo fúnebre
hacia Bocas de Satinga.
Receta
Perfumas el aceite de oliva con el ajo
luego lo tiñes con el pimiento rojo.
Tomas el mero blanco, fresco y
lo sellas en el caldero ardiente.
Como una leve lluvia verde
dejas caer los hilos de romero
sobre el blanco dorado del filete.
No muy hecho, lo retiras del fuego...
Se deja reposar...
Acompañado acaso por tomates maduros y
unas hojas de rúgula lo llevas a la mesa,
y allí, el mar, el fuego y la montaña
entrarán con sus jugos y perfumes a tu existencia.
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